Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

miércoles, 8 de agosto de 2012

JOSE MANUEL LUCÍA MEGÍAS, Alcalá de Henares

PERO VINO LA PAZ... (poema inédito)

             … Pero vino la paz. Y era un olivo
            de interminable sangre por el campo…
            Rafael Alberti, Entre el clavel y la espada

Ya no hay olivos en las tierras de León,
en aquellas tierras cerca de la carretera,
de esa carretera que un día fue camino
que se adelantaba a las sombras de los fusiles.
Ya no haya olivos, ni de sangre ni de lágrimas,
en las inútiles tierras cerca de la carretera,
de esa carretera que une dos puntos en el mapa:
telaraña de miedo que tejieron los libros de historia
que aún hoy desprecian las caras de los vencidos.
Ya no hay olivos; solo sonrisas y ojos sin lágrimas
en aquellas tierras removidas cerca de la carretera,
de esa carretera que ha visto pasar tanto camiones:
cementerio sin cruces, huesos que se confunden huérfanos,
calaveras marcadas por el orificio de un traidor disparo.
Cuerpos sin banderas, atrapados en las raíces sangrientas
que llenaron de olvidos nuestros campos,
de verdad y justicia nuestros libros de historia.

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